Comunidad The Hacker Way – Home Foros Temas generales Foro Libre La historia de José, cuando empiezas desde abajo

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    thehacke
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    Si me lo permites, te voy a contar una historia que a lo mejor te puede interesar.

    Al protagonista le llamaremos José. Es un nombre ficticio, por supuesto.

    Es una persona que ha empezado a trabajar muy joven para ayudar a cubrir las necesidades de su familia.

    A los 18 años, curraba en cualquier cosa, desde reponedor en el supermercado hasta descargar camiones o hacer mudanzas.

    Le daba igual, en su cabeza, estas actividades eran un intercambio de tiempo por dinero.

    Podía afrontar casi cualquier trabajo y no le importaba, solo quería recibir un salario.

    José siempre quiso estudiar informática, porque los ordenadores se le daban bien, pero nunca tuvo la oportunidad.

    Un día, mientras viajaba en metro para dirigirse a otro trabajo más, vio algo que le llamo la atención…

    El anuncio de una academia de bootcamps sobre ciberseguridad y desarrollo de software, en el que ponía: «Recíclate y empieza a trabajar en lo que te apasiona. En solo 3 meses, sin requisitos previos».

    No se fiaba mucho, pero por aquel entonces ya tenía 40 años, es decir, llevaba más de 20 trabajando en cualquier cosa y ya estaba hasta los cojones.

    La situación de José era la siguiente, para que te hagas una idea:

    🤦‍♂️ Sin estabilidad económica.
    🤦‍♂️ Sin perspectivas de futuro.
    🤦‍♂️ Sin ninguna motivación, excepto su hija pequeña que vivía con su madre.

    En dos palabras: Estaba desesperado.

    Así que decidió ponerse en contacto con la academia, solicitar su plaza y pasar por un proceso de selección.

    ¿El qué? ¿Proceso de selección?

    Pues sí, pero, ¿sabes para qué?
    La academia quería comprobar si José estaba dispuesto a pagar los varios miles de euros que costaba el bootcamp sin arrepentimientos, y poco más. Aunque lo vendían como una «prueba de aptitudes y actitudes».

    Durante la entrevista le insistieron que en el sector IT iba a encontrar trabajo porque «falta talento en ciberseguridad» y que le ayudarían a ganar su primera experiencia.

    José, que había leído esto mismo en múltiples medios de comunicación, le resulto creíble y acepto.

    Y aquí comienza su andadura…
    Dejo su trabajo y pidió un préstamo al banco para cubrir gastos, porque claro, serían 3 meses en los que no podría trabajar al estar estudiando a tiempo completo.

    Le conocí como alumno y puedo decir que he tenido pocos con tanta determinación y deseos por aprender, su progreso fue espectacular.

    Paso de no tener ni idea de Linux a sacar máquinas en HackTheBox con una complejidad bastante alta.

    Nunca le escuche quejarse por la curva de aprendizaje.

    Ni por los continuos problemas con su ordenador.
    Ni por su situación personal.
    Ni de lo agotador que era el bootcamp y el nivel de exigencia.

    Nada. Cero. Ni una queja. Solo trabajo duro.

    En mi opinión, esa actitud es la base del talento.

    ¿Sabes lo que tenía José y que muchas otras personas de ese mismo curso no?

    La presión de estar entre la espada y la pared.
    La angustia de tener el agua al cuello.
    Pensar que ese era su último cartucho y que tenía que salir bien.
    ¡Tenía que salir bien!

    Para él, era vencer o morir. Esa era su actitud.

    Te adelanto, por si no lo sabes, que esa es la mentalidad correcta si quieres conseguir cualquier cosa que te propongas en la vida.

    Bien. Y, ¿qué paso cuando termino el bootcamp?
    Atento…

    🥁
    🥁
    🥁
    🥁

    Las promesas de que les iban a ayudar a encontrar trabajo se las llevo el viento.

    José y muchos de sus compañeros se sintieron engañados.
    Algunos habían decidido apuntarse porque creían que habría prácticas en empresas o alguna oportunidad.

    Pero no. La academia les dejo con el culo al aire.

    Si te he visto no me acuerdo.

    Por mi parte, no me sentía ajeno a esta situación, no me parecía justo.

    Así que hable con el CEO de esa academia.

    «Pero, habéis dicho que les ibais a ayudar a encontrar trabajo y, de hecho, es lo que pone en vuestra web».

    Argumento simple y directo y su respuesta fue:

    «Hemos enviado emails a empresas, pero no recibimos respuesta. No somos una ETT. Por favor transmíteles ese mensaje».

    «Hemos enviado emails».
    La madre que le parió.
    Obviamente, me negué y le contesté.

    «No, eres tú el que tiene que dar la cara y decirles esto mismo que me estás contando a mí».

    Ahí, haciendo amigos.

    Después se buscaron a otro formador, el CEO de esa academia sabia que yo ya no tenía ninguna intención de seguir colaborando con ellos.

    Tercera y última experiencia en un bootcamp.
    De hecho, desde entonces no he vuelto a aceptar este tipo de proyectos, aunque me prometan el oro y el moro.

    Si preguntas si el director habló con ellos o no, como te lo imaginas, la respuesta es NO.

    Claro que no.

    No tuvo los cojones de decirles en la cara que les había engañado.
    Normal, sabía que algunos tenían muy mala leche y lo mismo le metían tal hostia que tendría que estar tragando muelas dos semanas.

    Envío al “director académico” (aka. el chico de los recados) para que se comiera el marrón de hablar con ellos.

    A pesar de su tono conciliador y palabras de ánimo, falto poco, muy poco, para que le cayeran las hostias que iban destinadas al CEO.

    ¿y cómo termina la historia?

    Algunos de los alumnos han denunciado a esa «academia» por publicidad engañosa y a día de hoy siguen en ese proceso. Y de esto ya hace más de 2 años.

    Afortunadamente, para José, cuando estaba terminando el bootcamp supe que en la empresa de un buen amigo estaban buscando un perfil junior para pentesting.

    Al enterarme, no dude en recomendarle para el puesto y, en este caso, tuvo suerte, ya que no siempre es así y muchos estudiantes deben buscar durante meses para conseguir una primera experiencia laboral, no es nada fácil.

    Tuvo una entrevista con RRHH y luego otra técnica con mi amigo.

    Les encajaba su perfil y capacidad de resolver problemas, así que le ofrecieron un contrato indefinido.

    Ya lleva un año allí y no tiene intención de moverse, me dice que es la primera vez que siente que le pagan por hacer lo que le gusta. Y me alegro por él.

    De esta historia se pueden extraer tres cosas que te pueden resultar útiles:

    1️⃣ Es importante tener coraje e ir a por lo que quieres. Sin quejas, lamentos, excusas, ni rollos.

    2️⃣ No te fíes de las promesas, solo valen los hechos y lo que se puede demostrar.

    3️⃣ Además de ser muy bueno en tu profesión, debes parecerlo y, por supuesto, tener contactos, ayuda.

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